
El Covid-19 ha tenido impacto en distintos aspectos de nuestras vidas y ha modificado varias costumbres, dando lugar a fenómenos que, quizás, llegaron para quedarse.
Uno de los más notables es el uso de la bicicleta. Ya sea como deporte, esparcimiento o medio de transporte, siempre tuvo sus adeptos pero recientemente se han multiplicado.
Esto se explica, en parte, por los múltiples beneficios que posee: se trata de una de las actividades físicas más completas, ideal para dar paseos y disfrutar del aire libre; constituye un medio de transporte económico y ecológico; en la ciudad, permite evitar las congestiones de tránsito y ocupa poco espacio en relación a un automóvil, por mencionar los más importantes.
¿Cómo influyó la pandemia?
El auge de la bicicleta durante la pandemia es un fenómeno mundial. Tan solo alcanza mencionar algunos ejemplos: en China, el sistema de bicicletas compartidas de Beijing se utilizó un 150% más en marzo, mientras que el tráfico de bicicletas en Escocia creció un 94% en abril. En varias ciudades de Inglaterra, los gobiernos locales tuvieron que crear nuevas ciclovías mientras que París destinó más espacio para su estacionamiento.
En Córdoba, el transporte público fue de las primeras actividades que se suspendió en marzo, cuando comenzó la cuarentena, y a eso se le sumó el paro de transporte urbano. En las calles vacías de esa primera etapa reinaban las bicis de los servicios de delivery y de muchos trabajadores de actividades esenciales. Algunos de ellos, incluso, fueron noticia por recorrer varios kilómetros de ruta para viajar diariamente desde una localidad a otra.
En junio se triplicó la venta de bicis en Córdoba
Según datos de la Cámara Argentina de Comercio e Industria de Bicicletas, las ventas en el sector venían en baja: en 2017 se vendieron en todo el país un millón y medio de unidades, en 2018 un poco más de un millón y en 2019 la venta bajó a 800 mil. Este año esperan volver a superar el millón de unidades aunque, a este ritmo, es posible que sea por una amplia diferencia: solo en Córdoba, junio fue un mes histórico, con ventas que triplicaron las del año anterior. Esto se explica, en gran parte, por el paro de colectivos y por el impulso de las actividades al aire libre.

La contracara de este fenómeno es que la oferta no logra satisfacer del todo a la demanda: existen listas de espera y algunas fábricas locales pueden demorar hasta dos semanas la entrega del producto. Esto responde también a una situación mundial: empresarios del sector aseguran que algunos proveedores demoran la entrega de partes hasta por 120 días, debido también a la especulación por los precios.
Durante la cuarentena también creció la venta de rodillos, que es un accesorio que permite usar la bicicleta tradicional como fija, ideal para pedalear aun cuando las condiciones climáticas son adversas. Las limitaciones para circular –particularmente estrictas durante los primeros meses- y los robos son los principales motivos que impulsaron esta elección.
Otro indicador a nivel mundial es la búsqueda de rutas en bicicleta en Google Maps: el mismo registró un aumento récord de 69%. Algo similar ocurrió con la búsqueda en el navegador de reparadores.
Desafíos individuales y colectivos en dos ruedas
En 2018 la ONU declaró el 23 de abril como el Día Mundial de la Bicicleta. En esa oportunidad, la organización reconoció la contribución de este medio de transporte al cumplimiento de objetivos establecidos “en términos de desarrollo sostenible, capaz de promover la prosperidad y las oportunidades económicas, un mayor bienestar social y la protección del entorno”.
También invitó a los países a “mejorar la seguridad vial y a integrar el uso de las bicicletas en la planificación y el diseño de infraestructuras sostenibles de movilidad y transporte, en particular mediante la adopción de políticas y medidas dirigidas a proteger y promover activamente la seguridad peatonal y la movilidad.”

¿Cómo es posible lograr esto?
La experiencia de las ciudades del mundo más “amigables” con la bicicleta, como Copenhague (Dinamarca) y Ámsterdam (Holanda), indica que se trata de la combinación de distintos factores:
- la visión de la bicicleta como medio de transporte para todas las clases sociales y no como una moda o mera actividad deportiva;
- la participación social de los usuarios en la formulación de las políticas urbanísticas;
- una infraestructura ciclista adecuada y planificada que incluya, además de kilómetros de ciclovías, una correcta iluminación y biciestacionamientos;
- con señalética urbana bien clara para ciclistas, automovilistas y peatones, además de educación vial para todos los ciudadanos.
- estudios que incluyan al ciclismo como un transporte más en la planificación de cambios urbanísticos.
A nivel individual, es clave la responsabilidad de cada usuario para su propia seguridad y la de todos. Por eso, algunos consejos para tener en cuenta:
- Revisá siempre tu bicicleta antes de salir.
- Informate sobre las normas de tránsito y respetá las mismas.
- Usá casco y, de ser posible, protectores en las extremidades.
- Si vas a circular de noche, siempre con luces y ropa reflectante.
- Procurá utilizar el carril exclusivo para ciclistas. En caso de que no haya carril demarcado, circulá siempre por borde derecho, pero tené en cuenta que para pasar a otro vehículo deberás cambiar hacia la izquierda.
- Utilizá las manos para anticipar el cambio de dirección.
- Procurá llevarla a mantenimiento dos veces al año.
- No lleves más peso del que puede transportarse ni objetos que impidan que puedas sostener bien el manubrio.
- Si van a viajar niños, deben hacerlo en sillas homologadas para tal fin, perfectamente ancladas a la bici y adecuadas para el peso. Deben ir con casco y ajustados con cinturón de seguridad. Se recomienda sumar a la silla una luz trasera roja en la parte más alta.
El fantasma de la inseguridad
Lamentablemente, con el aumento de circulación de bicicletas creció la cantidad de robos. En zona sur, algunos de los puntos más críticos de arrebatos son la ciclovía de Avenida Cruz Roja y la calle Río Negro. Una amenaza que, más allá del daño económico, puede provocar caídas y accidentes severos. Salir en horarios más concurridos, acompañados por otros ciclistas y evitar transitar de noche o por lugares poco iluminados son algunas opciones para prevenir los asaltos.
Con respecto al robo de bicis “estacionadas”, los expertos sugieren las siguientes medidas de prevención:
- evitar bicicletas caras y de colores llamativos,
- utilizar candado robusto, preferentemente dos. Si sólo contamos con uno, asegurar siempre el cuadro,
- con respecto a la elección del lugar, tener en cuenta los puntos en donde hay cámaras de vigilancia, evitar las zonas donde no pasa nadie así como las muy concurridas, y no atar la bici a árboles o mobiliario urbano que pueda ser cortado o desmontado.
